Diez años más tarde Beckham ponía punto y final a una carrera futbolística plagada de éxitos y entre la que destacan sus 155 partidos y 20 goles con la camiseta blanca. La UEFA sortea esta tarde (18.00 horas) la fase de grupos de la próxima Champions League, donde participarán Barcelona, Real Madrid y Valencia. Además de esos títulos, dejaron para la historia las tres botifarras de Giovanni en el Bernabeu, la chilena de Rivaldo al Valencia en el último suspiro de una liga y los goles providenciales del pistolero. La realidad, mucho más positiva, es la que queda en las vitrinas del club, los muchos trofeos que cuentan con una decisiva participación de los jugadores brasileños. 3 mayo. – lEn Irún, e.l Español queda ‘subcampeón deEspaña, perdiendo (5-O) ‘la lnal ante el Athletic de Bflbao. En 2003 el futbolista icónico del fútbol inglés rubricó un convenio con el club español por cuatro temporadas. Respuesta que hoy sería políticamente incorrecta, pero lo cierto es que Silva, que maravilló en partidos amistosos, no recibió el plácet de Madrid y el Barça se quedó con las ganas de contar con esa gran estrella brasileña que iba a utilizar como ariete para romper barreras al proteccionismo del fútbol español.
Allí volvió triunfar por todo lo alto, siempre con la camiseta del Vasco de hasta el punto de que se considera entre los cuatro grandes del fútbol brasileño, junto Pelé, Zico y Garrincha, y hoy diputado centrista y acaba de elegido presidente de su club toda la vida, el Vasco. Marinho llegó al Barça con 27 años cumplidos y, además de no adaptarse al fútbol total que pregonaba Michels, se llevó un buen susto pues el ejército, en tanto que español, quería obligarle a hacer la mili, de la que pudo librarse. Fue precisamente el fichaje de Romário, cinco años después de los Juegos de Seúl, el que selló definitivamente el pacto de sangre entre el barcelonismo y los artistas brasileños. Está creada para apoyar la lucha contra el cáncer y de cada camiseta que se venda, cinco euros irán destinados a la lucha contra este enfermedad. Por cierto que, un minuto antes de que Rivaldo batiera a Cañizares de chilena, el Barça había apalabrado su traspaso al Lazio de Roma por 8.000 millones de pesetas (48 millones de euros).
Puedes comprar aquí la talla S de la equipación azu por 45.90 euros gracias al 23% de descuento. El Barça los ha tenido, ha disfrutado de ellos y ha amasado títulos y prestigio gracias a su aportación. La marcha de Ronaldo, utilizada como arma arrojadiza contra el presidente Núñez, y el recuerdo frustrante de los goles del brasileño pusieron las cosas muy difíciles a sus compatriotas (Sony Anderson, Giovanni y Rivaldo), pese a que el Barça encadenó dos años de títulos ininterrumpidos: dos ligas, dos copas, una supercopa de Europa y una de España. Todavía perviven en el barcelonismo los viejos usos que detectó Manuel Vázquez Montalbán: como dueño del club que paga y muy bien por cierto a sus jugadores, el socio quiere que su inversión resulte rentable en un buen espectáculo culminado en la consecución de títulos. Romário, si bien sólo ganó una Liga con la camiseta azulgrana (la del penalti fallado en Riazor en el último minuto) y estuvo en la masacre del 0-4 de Atenas, sedujo al barcelonismo y desde entonces se convirtió en el goleador de referencia.
A él eso ya le parece bien. Josep Seguer compartió vestuario con él y lo recuerda como un jugador muy técnico pero que nunca alcanzó el ritmo porque no se entrenaba a fondo. Jaguaré. de agilidad felina, fue el primer jugador negro del Barça, pero tanto él como Dos Santos sólo pudieron actuar en partidos no oficiales, por las restrictivas normas federativas que regían sobre jugadores extranjeros. Da Silva fue el primer brasileño que jugó partidos oficiales con el Barça, que ya antes de la guerra había tenido un portero, Jaguaré (1931) y un interior, Dos Santos (1931-32), como primeros profesionales procedentes de aquel país. Alguien puede echar de menos la contagiosa ilusión y los goles de los muchos y buenos brasileños que han desfilado por el Barça, principalmente en los últimos quince años. Hasta João Havelange se lo recomendó a Josep Lluís Núñez en una llamada telefónica, y se generó una polémica en la comisión deportiva del Barça (Cruyff, Rexach, Núñez y Gaspart), pero finalmente prevaleció la idea de fichar a Aloisio, traspasado al cabo de dos años al Oporto, donde tuvo una carrera prolongada y llena de éxitos. Quien elige el estadio como alternativa a una jornada despreocupada y romántica en Villa Borghese (el mayor parque del centro de Roma), que vayan a otros sectores”, rezaban las octavillas.