Da Silva fue el primer brasileño que jugó partidos oficiales con el Barça, que ya antes de la guerra había tenido un portero, Jaguaré (1931) y un interior, Dos Santos (1931-32), como primeros profesionales procedentes de aquel país. Jaguaré. de agilidad felina, fue el primer jugador negro del Barça, pero tanto él como Dos Santos sólo pudieron actuar en partidos no oficiales, por las restrictivas normas federativas que regían sobre jugadores extranjeros. En un equipo fantástico, que ganó dos ligas de 1947 a 1949 y fue la base del Barça de les Cinc copes,Da Silva no rascó bola. Seremos un equipo de diablos. Giuseppe Meazza, que así se llamaba el joven atacante, se puso a las órdenes de Weisz a los 16 años y con 17 debutó en el primer equipo. Marinho llegó al Barça con 27 años cumplidos y, además de no adaptarse al fútbol total que pregonaba Michels, se llevó un buen susto pues el ejército, en tanto que español, quería obligarle a hacer la mili, de la que pudo librarse. El Real Madrid ha presentado de manera oficial la camiseta para la temporada 2016/2017. La primera equipación será de color blanco, con cuello de polo y con las típicas rayas de Adidas en los laterales, tanto de la elástica como del pantalón.
Di Canio ha dicho que no es tanto el saludo fascista como un saludo que «me proporciona la sensación de pertenencia a mi gente». Ver a Evaristo hace ya más de 40 años, y después a Ronaldo con la camiseta del Real Madrid, fue considerado como una deslealtad – no del nivel de la traición de Figo, pero casi-, una afrenta para el barcelonismo. Antes del duelo reunió al equipo en el centro del campo y tomó la palabra. 1961 4-26 julio. – El equipo se ciasifica en cuarto ‘puesto, entre ocho equipos, en el Torneo ‘Internacional de NuevaYork. Pero llegó de las cariocas en pleno y crudo de 1979, a un equipo en y regresó a su país casi sin la maleta. A las órdenes de Sir Alex Ferguson, su ejecución impecable en las acciones a balón parado le convirtieron en el futbolista del momento y en toda una celebridad en su país antes de que decidiese cambiar de aires y recalar enla categoría de oro de LaLiga. A diferencia de lo sucedido con los futbolistas holandeses, borrados del mapa azulgrana, los brasileños seguirán teniendo una buena presencia pese a que en dos temporadas han salido de la plantilla Motta, Belletti, Edmilson, Deco y Ronaldinho.
Los goles brasileños del Barça han sido cosa de Evaristo, Romário, Ronaldo, Giovanni, el pistolero Anderson, Rivaldo y Ronaldinho. A las órdenes del arbitro alemán señor Rau- wen se alinean inmediatamente Jos equiposcon las siguientes formaciones: INGLATERRA: Whodley: Male, Hapgood (capitán); Willingham, Cullis, Mercer; Mat- thews. Luego vino el fichaje de Mario Pérez Ulibarri Marinho,defensa central y capitán de la selección brasileña que disputó el Mundial de Alemania en 1974. A Marinho lo colaron como oriundo,descendiente de españoles que no ocupaba plaza de extranjero, pues Josep Maria Minguella, que entonces formaba parte del staff del entrenador holandés, le encontró unos abuelos castellanos. Allí volvió triunfar por todo lo alto, siempre con la camiseta del Vasco de hasta el punto de que se considera entre los cuatro grandes del fútbol brasileño, junto Pelé, Zico y Garrincha, y hoy diputado centrista y acaba de elegido presidente de su club toda la vida, el Vasco. Pero estos, por los excesos noctámbulos de tres o cuatro (no más), se llevan la fama y de ahí que algunos de sus compatriotas, para no sentirse concernidos, reaccionen como lo hizo Edmilson, al señalar con el dedo la existencia de ovejas negras en la plantilla.
En 2003 el futbolista icónico del fútbol inglés rubricó un convenio con el club español por cuatro temporadas. Le importa un pito que, cuando marcan un gol, muchos jugadores musulmanes que juegan en países del Oriente Medio o en las ligas europeas se arrodillen y besen el césped, en un gesto que imita la plegaria islámica. Todos ellos eran jugadores importantes en la plantilla de la temporada pasada. Aparece en escena Gianfranco Zola para entregar el trofeo al mejor centrocampista de la pasada Champions. Fichajes a veces fallidos como el de Walter Machado da Silva, un fenómeno del Flamengo, que el presidente Enric Llaudet contrató a mediados de los años sesenta como un modo de presionar «a Madrid» (entonces la delegación nacional de Deportes, dependiente de la secretaría general del Movimiento) para que abrieran las fronteras a la contratación de futbolistas extranjeros. Respuesta que hoy sería políticamente incorrecta, pero lo cierto es que Silva, que maravilló en partidos amistosos, no recibió el plácet de Madrid y el Barça se quedó con las ganas de contar con esa gran estrella brasileña que iba a utilizar como ariete para romper barreras al proteccionismo del fútbol español.